sábado, 28 de febrero de 2009

El susurro del bosque

"Nosotros amamos el sosiego; dejamos al ratón jugar;
cuando los bosques susurran,
no sentimos miedo"

Un jefe indio al gobernador de Pensilvania, 1796. Tocar la Tierra . T.C. Mcluhan

Camino del Sur, buscando oír el susurro del bosque, una pequeña caminata para intentar cambiar de perspectiva, lo que se suele llamar walkabout, y que se practica en muchos pueblos indígenas. Después de todo un día de viaje en tren llego a Málaga, el viaje ha sido agradable, hacia el final del recorrido una conversación con una mujer uruguaya que se me hizo un poco pesada; iba a Nerja el mismo sitio que yo y aunque venían a recogerla decido coger el bus en la estación de tren en contra de lo que hubiese hecho un tiempo atrás, pero prefería pagar 3 euros a tener que seguir escuchándola.

El recibimiento en Nerja no fue muy hospitalario que digamos, cuando me dirigía al lugar de encuentro una pareja de picoletos de incógnito me pide el carnet y me empiezan ha hacer las habituales preguntas: de donde vengo? a donde voy? que estoy haciendo...

Después continuo caminando hacia la playa donde vive Meenhard, es de noche y la linterna no me va pero da un poco igual ya que la contaminación lumínica me basta para ver el pequeño sendero que da a la Cala Chica. Al llegar me recibe un grupo de guiris disfrutando de la noche. Primera pernocta de la noche pasada un poco por agua, el tiempo no acompaña mucho, pero me apaño con un pequeño toldo.

Amanece y me da los buenos días un gato, desayuno mirando al mar pensando en las costas de África que están al frente. Me encuentro con Meenhard que vive en una diminuta gruta en lo alto de un acantilado, no mide más de 2 metros de largo por 1,5 de ancho pero le basta, parece feliz.
Desde su gruta mirando el mar me siento un poco más primitivo.