martes, 24 de noviembre de 2009

La cómica Sociedad del Miedo

Estaba paseando por las orillas del Lago Superior, cuando decidí pasar la noche en una de sus playas. Estaba cansado de hacer autoestop y quería montar el campamento antes de que me sorprendiera la noche.
Ya cayendo en los brazos de morfeo sorprendí a un visitante inesperado que quería saber quien era yo y entro peligrosamente en mi campo energético; me dijo: sólo era curiosidad y me dio mal rollo y cambie de sitio el campamento. Cuando me disponía a dormir otra vez oí unos pasos en el exterior y pensé: vaya tengo vecinos voy a saludarlos y al salir el que fuera que estuviese allí salió corriendo como si hubiera visto un fantasma. Volví a cambiar el campamento de lugar.