martes, 14 de abril de 2009

"Aquí el invierno todavía no se ha ido"


LLegué a Morella atardeciendo, tras todo un día de caminata, una vez superado el puerto de Querol la primera visión de Morella era un poco desmoralizante, parecía que estaba muy lejos, al final tras pasar la Puerta de San Miguel o San Mateo, la verdad es que me lío con las puertas de Morella, lo primero que vi fue un hotel, pero decidí seguir caminando hasta el centro de la ciudad para ver si podía dormir en algún albergue barato, o dado mi condición de peregrino hacer uso de algún local parroquial.


Me informaron que había un albergue juvenil pero que estaba a 4 km y que igual estaba cerrado, fui a hablar con el párroco, pero no tenía ningún sitio para alojar peregrinos ni nada parecido, me puso el sello en mi credencial del peregrino y me preguntó si había hecho una promesa, le respondí que era un viaje. Me dijo: el invierno todavía no ha pasado por aquí, y me dio 10 pavos para el hotel. Después buscando un sitio asequible, acabe en el primer hotel que había visto al entrar, después de haber dado toda la vuelta al pueblo.

Tras pasar unos días en Morella, decidí emprender mi camino, el siguiente pueblo era Xiva de Morella y se podía ir por carretera, pero decidí ir por un sendero de herradura y pasar de pisar asfalto, después de la nevada del día anterior el paisaje era muy bonito, aunque unas nubes negras se cernían sobre mi y un viento helado me enfriaba las ideas.


Después de caminar una hora las marcas del sendero desaparecieron bajo la nieve y no sabía muy bien a donde ir, ante mi había un panorama de montañas blancas y unos molinos de viento; como no pensaba pelearme con los gigantes, decidí volver sobre mis huellas y esperar un día más. Una casilla hacia atrás.

sábado, 11 de abril de 2009

El juego de la Oca




Tras los primeros 5 días de caminata he conseguido llegar a Morella, la media ha sido de 20 Km al día, los dos últimos días han sido los más duros físicamente hablando, ya que ha llovido bastante y hacía un viento muy frío- tuve que usar los mapas que llevaba como aislamiento extra- No he tenido problemas para dormir, he encontrado albergues y hostales sin mucha dificultad y un día dormí en una cabaña de piedra seca, era circular y me recordaba en cierta forma a mi yurta.

La tarde anterior le pedí agua a una señora que vivía en una masía cercana y me contó que a un peregrino que pasaba por allí se le cayó el perro que le acompañaba en una balsa y se tiro a salvarlo pero luego el tampoco podía salir, esto me hizo recordar el juego de la oca y los pozos, hay una relación simbólica entre el Camino y el juego de la oca, en el trayecto de la Serra a Cati he visto muchos pozos y yo ahora estoy aquí en Morella esperando unas partidas antes de poder seguir jugando, mientras cae y cae más nieve. (Foto derecha: subiendo por el barranc del os a Morella. Foto izquierda: No me encontre ningún oso en el barranco pero si una vaca que no tenía intención de moverse)

viernes, 3 de abril de 2009

Del Mare Nostrum al Mar Tenebroso

Por fin salgo hacia el camino del fin del mundo, el tan esperado viaje se hace realidad, como siempre que inicio un viaje siento que lo podia haber preparado mejor, pero la fecha a llegado y mochila a la espalda salgo de casa para Finisterre.

Pienso que en este viaje va a ser clave el peso de la mochila a si que lo he conseguido reducir a 6 kilos y algunos gramos más sin contar la comida del día ni el agua. Llevo material para pernoctar sin necesidad de tener que buscar un albergue, ya que hasta llegar al camino francés los refugios no abundan, salgo desde Benicássim y voy a seguir el antiguo camino de Valencia hasta Morella, la primera meta de la semana.